Complementa cualquiera de tus platos con nuestros Extras:
Ternera · 3.25 €
Pollo · 2.95€
Langostinos · 3,25 €
Tofu (fresco o frito)· 2.00€
Huevo (duro, frito, tortilla) · 1.50 €
Vegetales · 2.00€

Su origen se remonta a los años 1930–1940, cuando inmigrantes alemanes en EE.UU., especialmente en Texas y Minnesota, comenzaron a adaptar sus Würstchen o salchichas tradicionales al gusto americano.
Estos inmigrantes descubrieron que cubrir las salchichas con una capa de masa de maíz —un ingrediente abundante y típico del sur de Estados Unidos— y freírlas resultaba en un snack rápido, fácil de comer y de transportar.

Su origen se remonta a los años 1930–1940, cuando inmigrantes alemanes en EE.UU., especialmente en Texas y Minnesota, comenzaron a adaptar sus Würstchen o salchichas tradicionales al gusto americano.
Estos inmigrantes descubrieron que cubrir las salchichas con una capa de masa de maíz —un ingrediente abundante y típico del sur de Estados Unidos— y freírlas resultaba en un snack rápido, fácil de comer y de transportar.


En las calles iluminadas de Seúl, donde los letreros de neón parpadean como recuerdos viejos, Jihoon descubrió una pequeña taberna escondida entre edificios modernos. Dentro, el aire olía a grill y a nostalgia. En el mostrador, una botella de Soju Retro brillaba bajo la luz cálida: verde, sencilla, como las que su abuelo solía tener en casa.
El dueño, un hombre de sonrisa cansada, le sirvió un vaso pequeño. “Este es el sabor de los años ochenta”, dijo. Jihoon bebió despacio. El líquido era cristalino, con un toque dulce y cálido, tan puro que parecía detener el tiempo. Por un instante, las risas, la música antigua y las conversaciones de otras épocas llenaron la sala.
Cada sorbo lo conectaba con una Corea que ya no existía, pero que seguía viva en el corazón de su gente: aquella donde el soju se compartía entre amigos, bajo luces de papel, con canciones que hablaban de amor y esperanza.
Así comprendió que Soju Retro no era solo una bebida —era un viaje a los días en que la vida sabía más simple, más humana y un poco más feliz.





En una aldea rodeada de montañas y arrozales, un anciano cervecero llamado Dong-su pasaba las noches escuchando el murmullo del vapor y el crujir del arroz recién cocido. Creía que el makgeolli no era solo una bebida, sino una forma de hablar con los antepasados.
Con paciencia, mezclaba el arroz con agua pura y nuruk, el hongo que da vida a la fermentación. Durante días, el líquido blanco comenzaba a respirar, a burbujear suavemente, como si el espíritu del arroz despertara.
Cuando el proceso terminaba, Dong-su servía el makgeolli en una vasija de barro y lo compartía con sus vecinos. Su sabor era suave, cremoso y ligeramente espumoso, con un aroma que recordaba la tierra húmeda después de la lluvia.
Cada trago era una promesa de abundancia y gratitud, un puente entre el pasado y el presente. Así nació la leyenda del makgeolli original, el vino del pueblo, la bebida que aún hoy une corazones bajo el mismo techo.

En un pequeño pueblo entre montañas, un joven maestro cervecero buscaba revivir la receta olvidada de su abuela: un makgeolli que oliera a verano. Mezcló arroz, agua de manantial y un puñado de melocotones maduros caídos del árbol al amanecer. Durante días, el brebaje burbujeó como si respirara vida propia.
Cuando por fin lo probó, descubrió algo más que una bebida: era el sabor de su infancia. Suave y refrescante, con la dulzura natural del melocotón abrazando el cuerpo cremoso y ligeramente espumoso del makgeolli tradicional.
Desde entonces, cada sorbo se convirtió en una historia: la de un verano eterno atrapado en cada copa.

La historia del éxito de Milkis está marcada por una campaña publicitaria inolvidable que contó con la participación del famoso actor Chow Yun-fat, estrella de cine asiático en plena fama. En los anuncios, Chow Yun-fat pronunciaba con su característico acento la frase “Saranghaeyo, Milkis!” (“¡Te amo, Milkis!”), convirtiéndose en un lema memorable que rápidamente conquistó a los consumidores. Esta estrategia no solo llamó la atención, sino que creó una conexión emocional entre la marca y su público.
Gracias a esta combinación de sabor innovador y marketing inteligente, Milkis se posicionó rápidamente como una bebida refrescante única, disfrutada por millones y que hoy sigue siendo un símbolo de originalidad y frescura en las bebidas coreanas. Te invitamos a descubrir esta experiencia que ha conquistado paladares desde hace más de tres décadas.

La historia del éxito de Milkis está marcada por una campaña publicitaria inolvidable que contó con la participación del famoso actor Chow Yun-fat, estrella de cine asiático en plena fama. En los anuncios, Chow Yun-fat pronunciaba con su característico acento la frase “Saranghaeyo, Milkis!” (“¡Te amo, Milkis!”), convirtiéndose en un lema memorable que rápidamente conquistó a los consumidores. Esta estrategia no solo llamó la atención, sino que creó una conexión emocional entre la marca y su público.
Gracias a esta combinación de sabor innovador y marketing inteligente, Milkis se posicionó rápidamente como una bebida refrescante única, disfrutada por millones y que hoy sigue siendo un símbolo de originalidad y frescura en las bebidas coreanas. Te invitamos a descubrir esta experiencia que ha conquistado paladares desde hace más de tres décadas.

La historia del éxito de Milkis está marcada por una campaña publicitaria inolvidable que contó con la participación del famoso actor Chow Yun-fat, estrella de cine asiático en plena fama. En los anuncios, Chow Yun-fat pronunciaba con su característico acento la frase “Saranghaeyo, Milkis!” (“¡Te amo, Milkis!”), convirtiéndose en un lema memorable que rápidamente conquistó a los consumidores. Esta estrategia no solo llamó la atención, sino que creó una conexión emocional entre la marca y su público.
Gracias a esta combinación de sabor innovador y marketing inteligente, Milkis se posicionó rápidamente como una bebida refrescante única, disfrutada por millones y que hoy sigue siendo un símbolo de originalidad y frescura en las bebidas coreanas. Te invitamos a descubrir esta experiencia que ha conquistado paladares desde hace más de tres décadas.

Esta bebida se destaca por ofrecer una experiencia divertida y diferente, más allá de un simple zumo, ideal para refrescarse en días cálidos o acompañar comidas y snacks. Su presentación práctica en lata la hace fácil de llevar y disfrutar en cualquier momento del día.
El dulzor natural de la uva junto con su efervescencia ligera hacen que Bong Bong sea deliciosa, manteniendo un perfil balanceado y fresco que atrae tanto a niños como adultos que buscan una bebida frutal y auténtica con textura




Se cree que esta variedad surgió hace más de un siglo en el noreste de Tailandia, en la región de Isan. Fue reconocido oficialmente en 1954 por el gobierno tailandés como una variedad de arroz de alta calidad. Desde entonces, se ha convertido en uno de los principales productos de exportación del país.

Originalmente, el som tam se consideraba un plato del pueblo, fácil de hacer, barato y nutritivo, pensado para revitalizar a quienes volvían cansados del trabajo en el campo. Pronto, la receta empezó a evolucionar: en vez de solo papaya, algunas familias añadieron mariscos secos, huevo de pato salado o incluso cambiaron la base por pepino cuando la papaya escaseaba. Poco a poco, el plato cruzó fronteras: se popularizó en Laos, Camboya y otras regiones del sudeste asiático, adoptando variaciones locales y reflejando la riqueza cultural de cada lugar.
La fama del som tam llegó a Bangkok tras la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos trabajadores emigraron desde Isaan y llevaron consigo sus sabores. En la gran ciudad, la receta original —muy picante y fuerte— fue suavizada; le añadieron cacahuetes, azúcar de coco y menos chile, creando la versión dulce y equilibrada conocida como “som tam thai”, que terminó por conquistar tanto paladares locales como internacionales.
Hoy la ensalada de papaya tailandesa es un símbolo de la capacidad de la cocina popular para adaptarse, mezclar culturas y crear algo único. Detrás de cada bocado se esconde esta historia de migraciones, ingenio y amor por los sabores vivos y contrastantes; por eso, sigue siendo protagonista tanto en los mercados de Tailandia como en mesas de todo el mundo









El Tteokbokki moderno, con su característica salsa roja picante, apareció en los años 50 en Corea del Sur. Se dice que una vendedora, Ma Bok-lim, experimentó con gochujang (pasta de chile rojo) y creó la versión que hoy conocemos. Desde entonces, el Tteokbokki se volvió un plato popular de comida callejera, barato y accesible.

El Tteokbokki moderno, con su característica salsa roja picante, apareció en los años 50 en Corea del Sur. Se dice que una vendedora, Ma Bok-lim, experimentó con gochujang (pasta de chile rojo) y creó la versión que hoy conocemos. Desde entonces, el Tteokbokki se volvió un plato popular de comida callejera, barato y accesible.


El rey quedó tan encantado con el sabor del platillo que no solo premió a Yi Chung, sino que también ascendió su rango en la corte. A partir de ese momento, el Japchae se convirtió en un plato noble, reservado para ocasiones especiales.
Fue mucho después, cuando los fideos de batata (dangmyeon) fueron introducidos, que el Japchae adquirió su forma actual. Hoy es uno de los platos más queridos en Corea del Sur, servido en festividades, bodas y celebraciones familiares, como símbolo de prosperidad y armonía.

El rey quedó tan encantado con el sabor del platillo que no solo premió a Yi Chung, sino que también ascendió su rango en la corte. A partir de ese momento, el Japchae se convirtió en un plato noble, reservado para ocasiones especiales.
Fue mucho después, cuando los fideos de batata (dangmyeon) fueron introducidos, que el Japchae adquirió su forma actual. Hoy es uno de los platos más queridos en Corea del Sur, servido en festividades, bodas y celebraciones familiares, como símbolo de prosperidad y armonía.

El kimchi no es solo un acompañamiento: es uno de los pilares culturales más antiguos de Corea, un símbolo de resiliencia, ingenio y sabor explosivo.
Su origen se remonta a más de 1.500 años, cuando los inviernos coreanos eran tan duros que las familias debían encontrar una manera de preservar verduras para sobrevivir. Así nació la idea de fermentar la col con sal, ajo y unas cuantas raíces. En esa época no existía el gochugaru (la guindilla coreana), por lo que el kimchi era blanco, suave y muy simple.
Todo cambió en el siglo XVI, cuando el chile llegó a Corea a través de Japón. Los coreanos lo adoptaron rápidamente, no solo por su sabor, sino porque descubrieron que aceleraba y mejoraba la fermentación. Ese fue el nacimiento del kimchi rojizo y vibrante que hoy conoce el mundo.
Durante siglos, preparar kimchi fue un ritual familiar llamado “kimjang”: cada otoño, vecinos, padres, hijos y abuelos se reunían durante días para cortar coles, mezclar pasta picante y llenar enormes vasijas de barro llamadas onggi, donde el kimchi fermentaba enterrado bajo tierra todo el invierno.
En 2013, este ritual fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El kimchi se convirtió en mucho más que comida:
Es medicina natural, rica en probióticos y antioxidantes.
Es memoria colectiva, una tradición que une generaciones.
Es orgullo nacional, símbolo de identidad.
Es el sabor de casa para cualquier coreano, esté donde esté.
Hoy existen más de 200 tipos de kimchi, desde los más picantes hasta los más suaves, pero todos comparten el mismo espíritu: transformar ingredientes humildes en un sabor profundo, vivo y lleno de carácter.
Por eso, cuando comes kimchi, no solo pruebas un plato:
pruebas siglos de historia, cultura y el corazón de Corea.


Hoy en día, se encuentra tanto en puestos callejeros como en restaurantes tradicionales, siendo uno de los platos más representativos del sabor coreano. Su picante no dejara indiferente a nadie que lo pruebe!

Nació como una receta de aprovechamiento, usando arroz del día anterior y kimchi maduro para crear una comida sabrosa en minutos. Nosotros solo aprovechamos el sabor y lo espectacular de este plato usando siempre ingredientes frescos!
Es el ejemplo perfecto de cómo la simplicidad se transforma en sabor.


Su base, kimchi casero, cocinándolo con carne y tofu para obtener un caldo rico y sabroso.
Picante y ácido se equilibra con la suavidad del caldo y el aroma del sésamo. Reconfortante y lleno de carácter.
Es un plato que se comparte en la mesa, símbolo de hogar y calidez.


La historia comienza en 1986, cuando la empresa surcoreana Nongshim lanza un nuevo tipo de ramen. No era suave, no era sutil: era picante, agresivo, casi desafiante. En una Corea que salía de dictaduras, en pleno auge industrial, la gente quería más que sabor: quería carácter.
El nombre “Shin” (辛) no solo significa "picante", también es el apellido del fundador de Nongshim: Shin Choon-ho. Pero hay algo más… ese mismo carácter también puede leerse como “amargo” o “duro”. No fue casualidad. Shin Ramyeon fue creado para resistir, para ser el ramen de los obreros, de los estudiantes sin sueño, de los soldados de conscripción. Una sopa que dolía, pero reconfortaba.
Con los años, cruzó fronteras. En 1990 llegó a China, luego a Estados Unidos, Rusia, África… Hoy se vende en más de 100 países, y en Corea del Sur, hay historias de familias que lo comen casi a diario. Algunos incluso creen que su adicción va más allá del sabor: que el picante activa una memoria ancestral de lucha y resistencia.
¿Y tú? ¿Realmente lo comes por hambre... o porque hay algo en ese caldo rojo que no te deja soltar la cuchara?












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Ternera · 3.25 €
Pollo · 2.95€
Langostinos · 3,25 €
Tofu (fresco o frito)· 2.00€
Huevo (duro, frito, tortilla) · 1.50 €
Vegetales · 2.00€





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Huevo (duro, frito, tortilla) · 1.50 €
Vegetales · 2.00€

Alergenos:Gluten, Lácteos, Sésamo, Mostaza.

EXTRAS:
Complementa tu Asian Burger:
Carne · 3.95 €
Bacon · 1.30€
Queso · 1.30 €
Ensalada · 3.25€
Huevo frito · 1.50 €
Vegetales· 2.00€
Extra Salsa · 1,95 €
Menu infantil 9,95 €
Nuestro menú para los más pequeños de la casa. Incluye bebida y postre. Solo disponible para niños menores de 12 años.
Nasi Goreng kids – Espectacular arroz frito. El favorito de los tuktuk lovers más pequeños!
Pancit Canton con Pollo kids – Fideos de trigo salteados con pollo y vegetales con un toque de salsa de soja.
Sweet & Sour Chicken Kids – Nuestro espectacular pollo agridulce para los mas peques, acompañado de arroz jazmín.


Alérgenos: Frutos secos, lácteos, soja, sulfitos, huevo y gluten.


(alergenos: lácteos y soja)

Hoy, esa delicadeza milenaria se reinventa en forma de helado: una piel elástica que abraza un corazón frío y cremoso.
Una mezcla de texturas que acarician la boca y despiertan los sentidos.
Este surtido reúne tres mundos en uno solo:
🍵 El matcha, profundo y terroso, como una ceremonia zen.
🍈 El lychee con frambuesa, fresco y floral, como un paseo entre cerezos en flor.
🧂 Y el caramelo con sal, dulce y atrevido, como un secreto bien guardado.
Perfectos para compartir entre risas o disfrutar en silencio, uno a uno, como pequeños rituales de felicidad.
Tres sabores. Tres emociones. Una misma sonrisa al final.

En un pequeño rincón del barrio Yanaka, en Tokio, una abuela llamada Haru regentaba una diminuta heladería tradicional. No tenía letrero llamativo ni música moderna; solo una cortina noren ondeando en la entrada y el dulce aroma de semillas tostadas flotando en el aire.
Su especialidad era el 黒ごまアイスクリーム —kurogoma ice cream— un helado de color obsidiana que parecía esconder secretos en cada cucharada. La receta, decía Haru, le fue enseñada por su madre, quien la aprendió en la época del Shōwa, cuando los ingredientes eran escasos pero el ingenio abundaba.
Cada verano, los vecinos hacían fila para probar una bola de aquel helado denso y fragante, hecho con pasta de sésamo molida a mano y leche entera hervida lentamente. Pero entre todos los visitantes, había un niño llamado Ren, que cada día llegaba con una libreta en mano. Dibujaba el helado, a la abuela, las sombras del toldo… y siempre decía:
"Cuando sea mayor, Haru-san, yo también haré 黒ごまアイスクリーム."
Los años pasaron. Haru cerró la tienda, y su noren se guardó cuidadosamente en una caja de madera. Pero un día de primavera, en el mismo lugar, abrió una heladería nueva. El letrero rezaba: 「くろごま」 con caligrafía infantil ya hecha adulta.
Ren había cumplido su promesa. Y el sabor, decían los vecinos, era idéntico al de antes. Un helado que no solo refrescaba el paladar, sino también la memoria.


















El maridaje perfecto para esta cerveza es con platos coreanos, desde el picante, pasando por el delicioso bulgogi hasta el refrescante kimchi.
Su equilibrio de sabores resalta los ingredientes y especias de la cocina coreana, convirtiendo cada bocado en una experiencia aún más deliciosa.
Perfecta para disfrutar solo/a o con amigos en cualquier ocasión. Descubre la autenticidad y calidad de la cerveza coreana con este pack, que te transportará a las calles de Seúl con cada sorbo. ¡Salud!


La cerveza Pilsner, también llamada pils o pilsner, es un tipo de cerveza lager que originalmente se elaboraba en la ciudad de Pilsen, en la actual República Checa, en el siglo XIX. Se caracteriza porque la cerveza es rubia, de un color muy claro y brillante con una baja fermentación.










Bubble de Lychee, Té Verde y zumo de Fruta de la pasión.
Alergenos: Sin Alergenos
Bubble de Lychee, Té Verde y zumo de Fruta de la pasión.
Alergenos: Sin Alergenos
Bubble de Mango con Te rojo, y Manzana.
Alergenos: Sin Alergenos
Bubble de tapioca, Té negro, Leche y Azúcar Morena
Alergenos: Lácteos
Bubble de tapioca con miel, leche, manzana y te verde.
Alergenos: Lacteos
Bubble tea de te verde, fruta de la pasion y bobas de lichi que explotan.
Alérgenos: Sin Alergenos
Bubble de te negro, leche condensada y bobas de tapioca.
Alérgenos: Lacteos







(solo de lunes a viernes de 13:00 a 16:00) (no festivo ni con otras promociones)
1 Bebida incluida.
Refrescos, Agua, Agua con gas, Caña 33cl, Caña con Limón 33cl, Tercio 0,0 Tostada, Copa de Vino (Tinto o Blanco)
Bebidas Especiales:
+1€ sobre el precio del menú.
Zumo de Mango, Agua de Coco, Tsing Tao, Alambra 1925, Singha, Jarra 50cl, Jarra con Limon 50cl.
Mei Fu con Pollo: Delicioso salteado de vegetales con pollo, curry, curcuma y vermichellis de soja. !Un must¡ (alergenos: sésamo , soja , pescado )
3 Gyozas de pollo con Black Fungus: Gyozas rellenas de pollo con black fungus con salsas de soja. ( Alergenos: gluten, sulfitos, soja, sésamo)
3 Gyozas de Vegetales: Gyozas rellenas de Vegetales con salsa de soja. ( Alergenos: gluten, sulfitos, soja, sésamo)
1 Rollito Vietnamita:Rollitos crujientes rellenos de cebolla, brotes y zanahoria, con una deliciosa salsa de coco y curry verde para dipear. Pura magia. (Alérgenos: Gluten, crustáceos, huevo, lácteos, moluscos y soja.)
Thai Meetball Skewer: Brochetas típicas tailandesas hechas con carne de ternera y salsa sweet chili. Pura delicia. (Alergenos: gluten, sésamo)
Ramen Vietnamita: Espectacular sopa de ternera con tallarines de arroz, puerro y menta. No te olvidarás de ella. (Alergenos: gluten, huevo, leche, apio, soja, sulfitos)
Poke Thai: Estupendo plato en base de arroz con una variedad de productos frescos como pollo, lechuga, zanahoria, cebolla roja, brotes de soja, aderezada con una delicada salsa de soja y un toque de jengibre con ajo fresco y jugo de limón ¡Explosión de sabores y texturas! (Alergenos: gluten, huevo, leche, apio, sésamo, soja, sulfitos)
Bangkok noodles con Gambas: Increíbles noodles UDON salteado con langostinos, vegetales frescos, nuestra espectacular salsa tom yum y leche de coco. Nivel de Picante: 🌶️ (Alergenos: Crustáceos, Gluten, Soja)
Pad See Noodles con Gambas: Tailandia en un bocado, tallarines de arroz salteados con gambas, verduras frescas, cacahuetes y una salsa de soja con pequeños toques dulces. (Alergenos: gluten, crustáceos, soja, sésamo, apio, huevo y cacahuete.)
Hong Kong Street Noodles: Increíbles noodles de trigo salteado con ternera marinada, vegetales frescos y nuestra espectacular salsa de soja dulce. (alergenos: gluten, crustáceos, pescado, soja y sulfitos)
Kar-la rice noodles: ¡Wao! Plato de tallarines de arroz salteados con pollo, verduras frescas, mango y una salsa de soja, ¡una combinación exquisita que te hará saborear la cocina asiática en cada bocado! (Alergenos: gluten, sésamo, soja, sulfitos, apio)
Arroz Frito Thai con Langostinos: Arroz frito salteado con verduras frescas, langostinos, soja dulce y salsa de mariscos. ¡Explosión de sabores en cada bocado! (Alergenos: gluten, crustáceos, huevo, leche, pescado, soja, sulfitos, apio)
Arroz Yakisoba: Arroz salteado con verduras frescas con huevo revuelto, nuestra increíble salsa yakisoba y vegetales frescos. (Alergenos: gluten, crustáceos, sésamo, soja, huevo, apio)
Mango Manay: Pollo salteado con mango, salsa de chile ligeramente dulce, puerros frescos y cebolla morada, acompañada de arroz jazmín. Nivel de Picante: ?️ (Alergenos: Gluten, soja.)
Macao Ternera: Ternera salteada con brócoli y vegetales frescos, leche de coco, curry, azúcar de palma, cúrcuma acompañada con arroz jazmín. Te encantara… Y lo sabes. Nivel de Picante: ?️ (Alergenos: gluten, pescado, sésamo)
Mini Brownie – Brownie de chocolate con sopa de coco. (alergenos: gluten, huevo, leche, frutos con cáscaras, cacahuetes)
Mini Mango Island – Refrescante sorbete de mango con frambuesas bañadas en chocolate con leche y chocolate blanco, fusionado sobre una sopa de coco templada. (alergenos: lácteos y soja)
Bola de Helado – Pregunta a tu camarero por nuestros deliciosos sabores. (alergenos: lácteo)